OBSERVATORIO-DE-SEGURIDAD-Y-DEFENSA-CEEAG-2020

 

Conflicto híbrido y multidimensional: los lobos solitarios.

Conflicto hibrido y multidimensional: los lobos solitarios

Como particularidad de la agenda de seguridad internacional y enfocándose en la estructura de los conflictos armados violentos identificados por el International Institute for Strategic Studies (IISS) en los últimos veinte años, bajo una perspectiva académica se visualiza que en medio oriente, en el norte de África, en la región euroasiática y en el sur de Asia predomina el conflicto de carácter híbrido y multidimensional.

El carácter híbrido, se visualiza desde dos perspectivas diferentes considerando lo evolutivo de dicho concepto. Primero desde la perspectiva teórica tradicional, al prevalecer amenazas generadas por un actor estatal que vincula directa o indirectamente operaciones regulares, el crimen organizado y operaciones irregulares o asimétricas, y que con sus acciones podrían afectar la infraestructura y a parte importante de la población (Hoffman, 2009). Lo anterior, se evidenció por ejemplo hace una década en las operaciones de la organización chiíta, Hezbollah (brazo armado de Irán) que combinó “la letalidad de las fuerzas estatales, con el fanatismo de la guerra irregular” contra fuerzas israelíes, en la Operación Recompensa en 2006 y actualmente se pudiese evidenciar una problemática similar en Ucrania (Crimea).

La segunda perspectiva, se refiere a la prevalencia de amenazas de naturaleza híbrida en sí mismas, con independencia de su circunstancial gestor (estados, protoestados o actores no estatales). Es decir, actividades de origen interno o externo que combinan métodos y capacidades convencionales y no convencionales (campañas de desinformación, ciberataques, terrorismo, sabotaje, insurgencia, etc.) coordinadas o ejecutadas tanto por agentes estatales como no estatales, manteniéndose por lo general bajo el umbral de agresión que conlleve una respuesta militar de los estados afectados (Ministerio de Defensa de Chile, 2020).

Ello se evidencia, por ejemplo, en la escalada de amenaza de carácter mundial a partir de 2014 en las operaciones del autodenominado Estado Islámico (ISIS) en su “califato”, ocupando parte de territorio sirio e iraquí, perpetrando atentados terroristas de baja sofisticación por parte de lobos solitarios1 contra la población del mundo a través de actos terroristas a mayor escala, en especial en Europa y África, además de utilizar formas y medios de combate regulares en el territorio ocupado, operando sistemas por ex soldados de diversas nacionalidades, hasta su derrota como entidad territorial en 2019 (Bartolomé, 2019).

En la actualidad, en Afganistán, en la península de Crimea, en la región europea del Donbás, en el sur de Asia y en el norte de África existen conflictos con dinámicas particulares que son categorizables como híbridas, las que ponen en alerta respecto al impacto local de estas amenazas que poseen el potencial de dañar tanto a la población como la infraestructura crítica y cuyas potenciales acciones no solo impactan en las regiones donde se efectúan los conflictos, sino que en todo el orbe.

La multidimensionalidad, se fundamenta en que las tres dimensiones tradicionales del accionar militar como son tierra, aire y mar, producto del entorno de seguridad global y en procura de persuadir, disuadir o mitigar la amenaza, actualmente se debe integrar indefectiblemente la dimensión espacial (o ultraterrestre) y, en gran cuantía, la ciberespacial, debiendo los estados asumir la necesidad de transitar desde el dominio meramente físico, a involucrar los dominios virtual y cognitivo, debiendo implementar nuevas tecnologías militares y maniobras de la información.

Las experiencias al respecto son variadas. Por ejemplo, Israel en El Líbano en su lucha contra Hezbollah, evidenció que este grupo no dudó en operar deliberadamente contra la población ni en afectar el medio ambiente y configurar en el ambiente de la información, el año 2006. Por otra parte, los desafíos políticos, económicos, militares y tecnológicos que debió asumir coalición que combatió al ISIS en Irak y parte de Siria, para evitar acciones terroristas globales y mitigar el daño a la población y a la soberanía en el “califato”, debiendo ampliar y diversificar su accionar para identificar potenciales amenazas en la web, operando en conjunto con fuerzas de seguridad, compartiendo información entre agencias y actores disímiles, mermando el financiamiento del grupo terrorista, etc. A razón de ello, el Ejército de Estados Unidos se encuentra en proceso de modificación de su actual paradigma a las denominadas operaciones multidominio en un horizonte al año 2028 con una vinculación conjunta (CEEAG,2020), lo cual además ha impulsado a su análisis e integración en sus modelos, por parte de diferentes estados europeos y la OTAN.

En este nuevo entorno, las etapas propias del conflicto clásico como son la paz, la crisis, el conflicto propiamente tal (guerra) y el post conflicto se hacen mucho más difusas, por las formas de operar tanto de las amenazas como por la necesario reacción multidimensionales de los estados, por los tiempos involucrados y por la preeminencia de espacios no físicos que de manera imperceptible trascienden las fronteras físicas (CEEAG, 2020).

Un reciente atentado efectuado el 3 de septiembre en Nueva Zelanda atribuido a un lobo solitario de ISIS -al parecer originario de Sry Lanka, y que permanecía bajo monitoreo de los organismos de seguridad ya que se conocía su vinculación ideológica- ponen en alerta a la comunidad de seguridad. El terrorista en cuestión mató a una persona e hirió a otras 6 en un supermercado de Oakland. Independiente que ello podría catalogarse como una situación aislada, lo concreto es que producto de su vinculación con ISIS, se estima que prevalece la probabilidad de atentados terroristas yihaidistas de baja sofisticación independiente de la distancia geográfica con las áreas en conflicto actual, ya que se suma a acciones acaecidas en el mes de abril en Francia (Rambouillet) y durante los años anteriores en Australia, Canadá, Bélgica, Francia y Reino Unido (Telemadrid, 2021).

La guerra de Mao entrega lecciones, derivadas de sus experiencias de guerras (Mao Tse Tung, 1976), que parecen ser obvias y de tanta simpleza las olvidamos: si el enemigo ataca, nosotros nos replegamos; si el enemigo se detiene, nosotros lo acosamos; si el enemigo está fatigado, nosotros lo batimos; si el enemigo se bate en retirada, nosotros lo perseguimos y, el análisis de los sucesos afganos entrega claramente esta base conceptual en el actuar de El Talibán en Afganistán y donde se encuentra en pugna con el ISIS-K.

En este contexto, se estima que observar estos fenómenos para comprender la variedad de instrumentos y capacidades de las amenazas que han ido evolucionando y complejizando el accionar de las estructuras de seguridad estatales, regionales y globales. Desde esa perspectiva, enfocamos el reciente atentado y se confirman elementos de la acción terroristas que son conocidos, como la activación de un lobo solitario, probablemente en apoyo a la acción de ISIS-K en Kabul y que podría relacionarse con la renovación de la importancia de ISIS en la construcción de un califato bajo la estrictez de la observancia de los principios coránicos en la lucha yihadista de este grupo.

De acuerdo a la literatura especializada, se confirma que los lobos solitarios se radicalizan a través de redes sociales y actúan a partir de estímulos evaluados por ellos mismos. De igual forma, el ISIS es un gran usuario y operador de sistemas de internet para el reclutamiento y control de combatientes en distintas partes del mundo y, como parte de su ascenso en la organización, deben dar pruebas de valentía y lealtad.

Es probable que este atentado en Nueva Zelanda, cuyo territorio ni siquiera está considerado en la construcción del “califato”, sea parte de alguna de estas vertientes: la carrera personal del yihadista dentro de la organización o la necesidad de apoyar el atentado en Kabul para reposicionar a ISIS frente a El Talibán, que había alcanzado la máxima notoriedad al recuperar el territorio del “emirato” afgano.

No debiera llamar la atención la acción refleja de Kabul en Nueva Zelanda, fundamentalmente porque desde 2014 es conocida la figura del lobo solitario. El terrorismo es parte de la lucha de ISIS y es reconocido por las distintas agencias y analistas el significado dogmático de las profecías coránicas. Lo que es fundamental es obtener las lecciones militares asociadas a la seguridad al momento de actuar en operaciones distintas a la guerra, en territorio propio o en operaciones de cooperación internacional, fundamentalmente lo señalado por la policía neozelandesa referido a que lo tenían identificado como sospechoso de terrorismo y, aun así, comete el acto ya conocido.

El lobo solitario es un instrumento del terrorismo internacional y un actor que es necesario considerar en las apreciaciones de seguridad en una relación interagencial.

De acuerdo a lo presentado, el carácter de multidimensional e híbrido del conflicto en algunas regiones del orbe, desafía a los estamentos de seguridad y de defensa en general. Para los estados no es posible enfrentar amenazas del tipo híbrido desde un enfoque tradicional del empleo de sus capacidades, existe la necesidad de explorar aproximaciones estratégicas novedosas y de coordinar esfuerzos al menos de ciberdefensa, inteligencia, operaciones especiales y maniobrar en el ambiente de la información (Ministerio de Defensa, 2020), debiendo extender las operaciones eminentemente físicas.

Finalmente, se estima que las operaciones y sus efectos, trascienden las fronteras físicas de las áreas geográficas donde se circunscribe el conflicto. Lo anterior, producto de la multiplicidad de actores de diversa índole con intereses contrapuestos y dispuestos a pugnar por su consecución y además, por modos de operar que además de incluir las capacidades tradicionales, pueden involucrar la coerción a través de proxis2, el crimen organizado y la utilización de fuerzas ambiguas y ciberoperaciones, se generan retos a la seguridad a través de guerra de narrativas e informativas, denegación de prosperidad, acciones contra la infraestructura y la población, con influencias en espacios geográficos no dimensionables, como por ejemplo lo sucedido en Nueva Zelanda, país bastante alejado de las áreas geográficas donde existen conflictos catalogables como híbridos.

Referencias

Academia de Guerra del Ejército. (2020). El conflicto híbrido y sus efectos en la conducción operacional y táctica. CEEAG: Santiago

CEEAG. (2020). Las operaciones multidominio para el US Army. https://www.ceeag.cl/wp-content/uploads/2020/11/Estudio-CEEEAG-N°-23.pdf

El Mundo. (s/f). Ataque terrorista en Nueva Zelanda: un lobo solitario abatido tras herir a seis personas en un supermercado. https://www.elmundo.es/internacional/2021/09/03/6131bc6afc6c832c2f8b45c0.html

Hoffman, F. (2009). Hybrid Threats: Reconceptualizing the Evolving Character of Modern Conflict. Strategic Forum, 240: 1-8.

IISS. (2020). Armed Conflict Survey. International Institute for Strategic Studies.

Jordan, J. (2013) Lobos no tan solitarios. GESI. https://www.seguridadinternacional.es/?q=es/content/lobos-no-tan-solitarios-0

Mao Tse-tung. (1976). Problemas estratégicos de la guerra de guerrillas contra Japón. De las Obras Escogidas de Mao Tse-tung. Ediciones en lenguas extranjeras. Tomo II, pp. 75-112. 3ra reimpresión. https://www.marxists.org/espanol/mao/escritos/PSGW38s.html)

Ministerio de Defensa de Chile. (2020). Política de Defensa Nacional de Chile 2020. Telemadrid. (30 de septiembre, 2018). El terror del Estado Islámico se extiende por todo el mundo a través de lobos solitarios. https://www.telemadrid.es/noticias/internacional/terror-Islamico-extiende-traves-solitarios-0-1622537773–20141023030642.html.

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