Descargar – PDF

La guerra fría materializó el paradigma de la dependencia dentro de los países de la órbita soviética y dentro del sistema soviético. Al interior de cada país el Estado era el proveedor y dentro del sistema político de la Unión Soviética (URSS), los países eran dependientes económica y políticamente de la potencia.
Esta dependencia provocó que, a la caída de la URSS, uno de sus vecinos dependientes sufriera los efectos de la crisis del modelo y ante la imposibilidad de obtener medios, combustible, granos, insumos, etc., el sistema productivo de Corea del Norte fue incapaz de sostener la producción ya mínima
que tenía dentro de la URSS y su impacto repercutió directamente en las personas y en una grave crisis alimentaria o hambruna denominada “ardua marcha”; se estima que hubo alrededor de un millón de muertos y esta gravedad hizo que entre 1995 y 2008, Estados Unidos destinara un total de un millón de dólares en ayuda a Corea del Norte, de los cuales el 60% se tradujo en alimentos y el 40% en asistencia energética (Olivares, 2018).

Las características del sistema político y económico, la doctrina Juchel y la decisión de ser un actor internacional, han mantenido la incapacidad de sostener alimentariamente a su población y es así como en diciembre de 2008, Naciones Unidas señalaba que el 40 por ciento de la población del país, en su mayor parte niños pequeños, mujeres embarazadas y lactantes y ancianos,necesitarán ayuda de emergencia. Esto se debe a un inminente déficit de cereales (ONU, 2008).