Fase inicial del plan de paz para gaza
Los días 8 y 9 de octubre de 2025, Israel y Hamás llegaron a un acuerdo sobre la «primera fase» de un plan más amplio de alto el fuego y paz para Gaza (BBC, 2025), lo que supuso un avance significativo tras dos años de conflicto que comenzó con el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023. Dicho ataque causó la muerte de unas 1.200 personas (en su mayoría civiles) y provocó el secuestro de alrededor de 250 rehenes, lo que desencadenó una respuesta militar israelí que ha causado más de 67.000 muertos palestinos (en su mayoría mujeres y niños), la destrucción generalizada de las infraestructuras de Gaza y una grave crisis humanitaria. El acuerdo, que forma parte de un marco de veinte puntos (PBS, 2025) propuesto el 29 de septiembre de 2025 por el presidente estadounidense Donald Trump, se negoció mediante conversaciones indirectas mediadas por Estados Unidos (EE.UU.), Egipto, Catar y Turquía.

Figura N°1 Imagen de TV (FOX News) en la entrevista telefónica de Sean Hannity al presidente Trump Nota: FOX News (2025).
Trump anunció el acuerdo a través de la red social Truth Social (Truth Social, 2025), que dice textualmente (incluyendo las mayúsculas colocadas por el presidente Trump): «Me enorgullece anunciar que Israel y Hamás han firmado la primera fase de nuestro plan de paz. Esto significa que TODOS los rehenes serán liberados muy pronto, e Israel retirará sus tropas a una línea acordada como primer paso hacia una paz sólida, duradera y eterna. ¡Todas las partes serán tratadas de manera justa! Este es un GRAN día para el mundo árabe y musulmán, Israel, todas las naciones vecinas y los Estados Unidos de América, y agradecemos a los mediadores de Catar, Egipto y Turquía, que han trabajado con nosotros para hacer realidad este acontecimiento histórico y sin precedentes.
¡BIENAVENTURADOS LOS PACIFICADORES!, DONALD J. TRUMP, PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA», y en una entrevista en vivo por teléfono con Sean Hannity de la cadena FOX News (FOX News, 2025). El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, lo calificó de «logro histórico» y tiene previsto presentarlo a su gabinete para su aprobación el 10 de octubre de 2025, tras lo cual se iniciará inmediatamente su aplicación.

Figura N°2 Israelíes celebran en Tel Aviv al conocer la noticia del acuerdo de paz en Gaza Nota: NPR (2025).
Hamás lo celebró como resultado de su «firmeza» y destacó los derechos de los palestinos a la libertad y la autodeterminación (Reuters, 2025). Tras la aprobación del gabinete israelí, el acuerdo se firmará en El Cairo. Trump tiene previsto viajar a Egipto y pronunciar un discurso ante la Knéset israelí. Las fases posteriores, que se prolongarán durante semanas y meses, tratarán el desarme, la reconstrucción (posiblemente financiada por los Estados árabes ricos) y la paz regional.

Figura N°3 Palestinos celebran en Khan Yunis, Gaza, al conocer la noticia del acuerdo de paz Nota: The New York Times (2025).
Una parte importante de esta primera fase es el intercambio de cautivos. Hamás ha acordado liberar a todos los rehenes israelíes que siguen retenidos en Gaza, un total de 48 personas (se cree que aproximadamente 20 están vivas, en su mayoría jóvenes soldados israelíes de unos 20 años). Está previsto que las liberaciones comiencen el lunes 13 de octubre, en un plazo de 72 horas desde la retirada inicial de las tropas israelíes o la aprobación del gabinete, lo que ocurra primero. Un equipo internacional, dirigido por el funcionario israelí Gal Hirsch, ayudará a localizar los cadáveres que Hamás no pueda localizar de inmediato. A cambio, Israel liberará a casi 2.000 prisioneros y detenidos palestinos. Aunque Israel ha aceptado en principio «algún tipo de parámetros» para estos intercambios, aún se están ultimando los detalles finales sobre el número y el calendario (CBS News, 2025).
El acuerdo también exige el cese inmediato de las hostilidades para evitar más muertes y crear un espacio para la diplomacia (The Guardian, 2025). En cuanto al alto el fuego, los combates cesarán de forma inmediata tras la aprobación del gabinete israelí. Israel iniciará una retirada parcial de sus fuerzas de Gaza en un plazo de 24 horas tras la aprobación, retirándose hasta una «línea acordada». Dicha línea supone un ajuste de la «línea amarilla» del mapa del plan original de Trump, que habría dejado alrededor de un 55% de Gaza bajo control israelí. La versión revisada equilibra las necesidades de seguridad de Israel (por ejemplo, las zonas de amortiguación) con las demandas de Hamás de una mayor libertad de movimiento. La retirada total está prevista para fases posteriores, ya que Israel insiste en mantener su presencia hasta que Hamás se desarme.
El acuerdo igualmente aborda la grave escasez que sufre Gaza. Israel permitirá la entrada diaria de 400 camiones de ayuda durante los primeros cinco días del alto el fuego y el volumen aumentará gradualmente a partir de entonces. Esto incluye productos básicos como alimentos, agua, medicinas y combustible (ABC News, Australia, 2025).
Términos más amplios y marco de implementación
Desde un punto de vista teórico, la redacción de un acuerdo de paz podría tener idealmente cinco fases. La primera es la «Definición del problema y decisión de participar», en la que los actores en conflicto evalúan si buscan una solución debido a los altos costos del conflicto, lo que resulta más complejo para los funcionarios gubernamentales que para los ciudadanos. La segunda fase es el «Mapeo de problemas y relaciones», en la que los funcionarios gubernamentales evalúan el diálogo sin contacto directo, mientras que los ciudadanos inician diálogos cara a cara para explorar soluciones. La tercera fase es la «Generación de voluntad para una solución conjunta», en la que ambas partes analizan los problemas clave. En este punto, los ciudadanos pueden actuar sin necesidad de justificar públicamente sus acciones, pero los funcionarios gubernamentales sí deben rendir cuentas. En la cuarta fase, denominada «Construcción de escenarios y negociación», se llevan a cabo negociaciones para mejorar las relaciones entre los ciudadanos, entre ellos, y alcanzar acuerdos formales por parte de los funcionarios gubernamentales. La quinta y última fase es la de «Actuar juntos para implementar acuerdos», en la que se sobreentiende que la implementación es un proceso político a largo plazo que fomenta la confianza para futuros acuerdos (United States Institute of Peace, 2001).
Sin embargo, el actual plan de paz para Gaza de 2025 solo tiene dos fases. La primera fase establece la creación de un comité de gobierno transitorio integrado por «palestinos cualificados y expertos internacionales» que se encargará de gestionar las operaciones iniciales tras el alto el fuego en Gaza. Este comité estará supervisado por la «Junta de Paz» propuesta por Trump, que él mismo presidiría e incluiría a figuras como el ex primer ministro británico Tony Blair. Hamás deberá finalmente desarmarse y renunciar a sus funciones de gobierno, aunque esto no se aplicará en la primera fase. La primera fase tiene una cronología de acciones muy detallada, pero para la segunda fase, que comenzaría cuando se liberara a los rehenes, todavía hay poca claridad (The Times of Israel, 2025).
El acuerdo hace referencia de forma vaga a una «vía creíble hacia la autodeterminación y la creación de un Estado palestino», pero carece de detalles concretos. Personalidades israelíes, como Bezalel Smotrich, han expresado su preocupación por que la liberación de prisioneros permita futuros ataques, mientras que Hamás considera que el acuerdo reafirma su resistencia sin concesiones en sus demandas fundamentales.
Reacciones ante el Acuerdo
El acuerdo sobre la primera fase del plan de paz para Gaza ha suscitado todo tipo de reacciones entre negociadores, expertos, analistas y comentaristas. Algunos lo aclaman como un avance histórico que podría poner fin a dos años de un devastador conflicto, como el analista de CNN, Brett McGurk (CNN, 2025) y un alto dirigente de Hamás, Mahmoud Mardawi (NPR, 2025). Otros, en cambio, lo consideran una frágil pausa táctica propensa al colapso debido a cuestiones fundamentales sin resolver, como el desarme de Hamás, la gobernanza de Gaza, la seguridad a largo plazo y un alto al fuego duradero, como Khalil al-Hayya, negociador de Hamás (Euronews, 2025) y Jonathan Panikoff del Atlantic Council (Atlantic Council, 2025).
Por otro lado, está el caso de si concederle o no al presidente Trump el premio Nobel de la Paz. De hecho, él ha dicho que ha terminado siete guerras, una en su primer mandato y seis en el segundo: Armenia y Azerbaiyán; Tailandia y Camboya; Ruanda y la República Democrática del Congo; Israel e Irán; India y Paquistán; Egipto y Etiopía; Serbia y Kosovo (Sky News, 2025).
Conclusión
El acuerdo alcanzado entre Israel y Hamás en la primera fase del plan de paz para Gaza, anunciado los días 8 y 9 de octubre de 2025, representa un avance significativo, aunque limitado, ya que establece un alto el fuego inmediato, la liberación de los 48 rehenes restantes —tanto personas vivas como fallecidas— y la facilitación de ayuda humanitaria en el enclave. No obstante, su ámbito se circunscribe a medidas iniciales y pospone cuestiones fundamentales como el desarme completo de Hamás, la gobernanza de Gaza y la concreción del camino hacia la autodeterminación palestina a etapas posteriores, lo que genera incertidumbre respecto a su viabilidad a largo plazo. El intercambio de cautivos surge como un pilar central del pacto: Hamás liberará a los rehenes a partir del 13 de octubre, a cambio de la excarcelación de cerca de 2.000 prisioneros palestinos por parte de Israel. Aunque se han acordado los parámetros generales, la falta de detalles finales sobre cantidades y cronogramas plantea riesgos potenciales de conflicto durante la ejecución. El cese de hostilidades y la retirada parcial de tropas israelíes hacia una «línea acordada» en un plazo de 24 horas tras la aprobación del gabinete el 10 de octubre constituyen pasos esenciales para la desescalada, aunque la persistencia de Israel en mantener una presencia militar hasta el desarme de Hamás y las modificaciones a la «línea amarilla» original, subrayan las tensiones entre las imperiosas necesidades de seguridad de Israel y las exigencias territoriales de Hamás. En el ámbito humanitario, el compromiso de permitir la entrada de 400 camiones de ayuda diarios durante los primeros cinco días, con incrementos posteriores, atiende a la crisis agravada por dos años de conflicto. No obstante, la magnitud de la devastación exige un esfuerzo prolongado y ampliado en fases futuras para lograr un impacto significativo. El establecimiento de un comité de gobierno transitorio, supervisado por una «Junta de Paz» presidida por Trump, busca estabilizar Gaza después del alto al fuego, pero la falta de detalles sobre la transición de poder y el desarme en esta primera fase plantea interrogantes clave sobre su eficacia. Las reacciones al acuerdo muestran divisiones significativas: mientras figuras como Brett McGurk y Mahmoud Mardawi lo celebran por su potencial para mitigar el sufrimiento y fomentar la paz, otros como Khalil al-Hayya y Jonathan Panikoff advierten sobre su fragilidad debido a la falta de garantías sólidas, la oposición interna en Israel —ejemplificada por Bezalel Smotrich— y la ambigüedad en temas como la autodeterminación palestina. Estos elementos podrían erosionar el progreso si no se resuelven en negociaciones venideras. Finalmente, considerando el historial de acuerdos previos fallidos y la escasez de detalles específicos sobre implementación y supervisión internacional, la clave del éxito del pacto radica en su cumplimiento estricto y en la presión ejercida por mediadores como EE.UU., Egipto, Catar y Turquía. El hecho de que el presidente Trump quiera liderar las fases subsiguientes, incluyendo la reconstrucción financiada por Estados árabes, y ganar el Premio Nobel de la Paz, incorpora una dimensión geopolítica que podría tanto fortalecer como complicar el proceso, y posiciona este acuerdo como un paso esperanzador hacia la desescalada y el alivio humanitario, cuya consolidación a largo plazo radica en la resolución de divisiones políticas profundas y el avance hacia un marco de paz integral y perdurable.