Centro de Estudios de la Academia de Guerra

La creación del Comando del Hemisferio Occidental (Western Hemisphere Command, WHC) – como fusión del Comando Norte (NORTHCOM) y Comando Sur (SOUTHCOM) – corresponde a una decisión estratégica que va más allá de una adecuación organizativa. Esta iniciativa, que también mejora la eficiencia administrativa, busca potenciar la capacidad del mando operacional en la región y acrecentar la influencia hacia los Estados y países del continente americano, toda vez que las amenazas actuales para los EE.UU. convergen en diversos ámbitos, como son el militar, el criminal, el cibernético, el de información y el humanitario, entre otros, sin distinguir límites geográficos que correspondían a NORTHCOM y SOUTHCOM.

El hemisferio occidental es un espacio de elevado valor estratégico para los EE.UU., dado que corresponde a su entorno geopolítico inmediato que, con su proyección estratégica, constituye su primer anillo de defensa.

En tal sentido, durante los últimos años ha existido una mayor actividad de actores que EE.UU. cita como sus adversarios (China, Rusia e Irán, entre otros). Además, se ha observado un fortalecimiento de actores ilícitos transnacionales (grupos extremos violentos [VCOs], organizaciones de crimen transnacional [TCOs], que deriva en tráfico ilícito, minería ilegal y ciberdelincuencia, entre otros), que explotan vacíos institucionales y políticos, así como vulnerabilidades en los mandos y en todo tipo de agencias gubernamentales e interagenciales. Así, la división de las áreas de responsabilidad (AOR) del norte (NORTHCOM) y el sur (SOUTHCOM) retarda la respuesta coordinada, dificulta la asignación de recursos y reduce la coherencia en la proyección de poder y cooperación para la estabilidad y la seguridad del continente, principalmente para las fuerzas del Ejército, toda vez que las amenazas no distinguen límites en el continente americano.

Creación del WHC

El WHC nace como una forma de mitigar las brechas existentes en las decisiones regionales y obtener respuestas más rápidas, una asignación más eficiente de recursos y una proyección de poder y cooperación más coherente en la región, conforme a los desafíos estratégicos enunciados anteriormente. Al unificar el continente en una sola AOR para el Ejército de EE.UU. busca pasar de una postura reactiva y dividida a una postura hemisférica integrada, en la que se planifica conjuntamente la seguridad fronteriza de EE.UU., la estabilidad de Centroamérica, la seguridad marítima del Caribe y la interoperabilidad con diversos estados, como es el caso de Chile, Colombia o Brasil (Smith, 2025). En otras palabras, el WHC es una iniciativa que busca intentar mantener la primacía de EE.UU. en las Américas.

Principalmente, el WHC supone una consolidación a nivel del Ejército y no un nuevo mando combatiente que reemplace a NORTHCOM o SOUTHCOM. Su función es agrupar en un solo cuartel general las tareas de preparación y generación de fuerzas del Comando de la Fuerza (FORSCOM), la responsabilidad sobre el territorio de EE.UU., Canadá y México del Ejército Norte (ARNORTH) y la responsabilidad sobre América Latina y el Caribe del Ejército Sur (ARSOUTH). El objetivo es que el Ejército de EE.UU. cuente con un mando único orientado al hemisferio capaz de apoyar de manera más clara y rápida las misiones que sigan dependiendo de NORTHCOM y SOUTHCOM (George, U.S.Army, 2025). El resultado de dicha fusión derivaría en una mayor rapidez en la toma decisiones, reduciendo procesos burocráticos para las acciones militares, interagenciales y diplomáticas, mientras que dosifica la designación de personal de cuarteles generales.

Figura N°1 Mapa que muestra la zona de consolidación entre los Comandos Norte y Sur proyectada. Nota: Defense One, 2025.

Cooperación en materia de seguridad en las Américas

La alineación de la planificación, la gestión de las fuerzas y el empleo del Ejército de EE.UU. bajo un mando hemisférico unificado le permitirían establecer un único punto de de contacto centralizado con los países del continente, desde Canadá hasta Chile. Esto apuntaría a agilizar y sincronizar instancias de cooperación en educación, entrenamiento y ejercicios combinados centrados en la colaboración en materias de seguridad, fomentando la interoperabilidad y fortaleciendo las relaciones con dichos países (Departamento de Guerra de los Estados Unidos, 2022). A modo de ejemplo, algunos de los ejercicios realizados entre el Ejército de los EE.UU. y el de Chile son:

Southern Vanguard 25

Ejercicio realizado en Chile que combina entrenamiento en terrenos de montaña invernal que busca acrecentar la interoperabilidad y fortalecer las alianzas regionales y la interoperabilidad (Sanon, 2025) . La versión de 2025 incluyó tropas de montaña de Chile, Estados Unidos, Argentina y Perú.

Southern Star 25

Ejercicio multinacional de operaciones especiales diseñado en torno a mandatos de estabilización simulados de la ONU, que reúne a fuerzas de varios países, entre ellos Chile y EE.UU. (Hess, 2025). Este ejercicio de operaciones especiales corresponde al segundo de mayor magnitud a nivel mundial de esta clase.

Southern Fenix 24

Ejercicio centrado en operaciones multidominio, que mejora la interoperabilidad entre los países participantes, entre los que se encuentran EE.UU., Chile y Argentina (Broady-Chin, 2024).

Figura N°2 Tripulación del sistema M142 HIMARS durante el ejercicio Southern Fenix 24, en Pozo Almonte, Chile. Nota: DVIDS, 2024.

Otro ejemplo de cooperación militar en Sudamérica, similar al de Chile, es el caso de Colombia, con quienes el ARSOUTH también mantiene entrenamientos de diverso tipo, entre los cuales cuentan: (1) Hydra, centrado en la infiltración aerotransportada, las operaciones tácticas y la ayuda humanitaria en entornos complejos (Moura, 2024); (2) Ángel de los Andes/Relámpago VII, que incluye a fuerzas conjunto combinadas en escenarios de catástrofes, con saltos en paracaídas de fuerzas especiales, rescates fluviales y respuesta ante desastres (Whitaker, 2023).; (3) Southern Vanguard 23 que, en esta versión, busca mejorar la interoperabilidad, la letalidad y la eficacia entre los ejércitos de EE.UU. y Colombia (Brutus, 2022).

En general, mediante estos ejercicios, las fuerzas de EE.UU. declaran que buscan generar un lenguaje operativo común en las siguientes áreas:

Interoperabilidad: mejorar la capacidad para trabajar de manera eficaz en conjunto entre diferentes ramas, agencias y Estados.

Confianza mutua y preparación: combinar la formación, educación y capacitación para reforzar la preparación y fomentar la confianza entre las fuerzas armadas y otras agencias de los distintos países.

Seguridad regional: busca mejorar en la interacción con los países “socios” para fortalecer alianzas y promover la paz y la seguridad en el hemisferio occidental.

Respuesta ante crisis: a fin de mejorar capacidades y la interoperabilidad para responder ante diversas crisis, incluidos los desastres naturales y las amenazas a la seguridad.        

Tecnología y experiencia: se busca facilitar el intercambio de conocimientos, estandarizar procedimientos y probar nuevas tecnologías en beneficio de las operaciones en el continente americano.

El cuartel general unificado del Ejército de EE.UU. proyectado podría coordinar la asistencia a distintas fuerzas y a sus socios interinstitucionales, a fin de aminorar las brechas de seguridad existentes desde la profundidad del continente hasta las fronteras mismas de los EE.UU., especialmente donde las unidades del Ejército colaboran en la integración de los dominios marítimo, terrestre, aéreo y la dimensión de la información, así como en inteligencia, trabajos de ingenieros y logística, entre otros aspectos. Algunos analistas estratégicos han argumentado explícitamente que las discrepancias entre las responsabilidades del norte y del sur debilitan la disuasión y la interdicción de amenazas (Smith, 2025). Por otra parte, para hacer frente a situaciones de crisis y desastres, tales como huracanes, terremotos, incendios forestales y crisis sanitarias, entre otros, es necesaria la coordinación multinacional para encontrar soluciones integrales que permitan la respuesta ante los acontecimientos. Se estima que, en el caso de involucrarse EE.UU. en tales situaciones, la combinación de estos elementos bajo el WHC reduciría el tiempo de coordinación, clarificaría las autoridades responsables de prestar apoyo de la defensa a las autoridades civiles y de proporcionar asistencia humanitaria y ayuda de emergencia en casos de desastre, pudiendo mejorar la velocidad y la interoperabilidad (George, 2025).

Figura N°3 Áreas de responsabilidad de Mando de Combate de EE.UU. actuales  Nota:Salamander, 2025.

Para concretar los objetivos que declara EE.UU., el Departamento de Guerra ha comprometido fondos para financiar la cooperación en el continente, a través de diversos programas y elementos, donde cuentan la educación militar profesional (PME) y algunas reformas institucionales. En dicha línea, el cuartel general centralizado del Ejército debe priorizar y dar curso a tales inversiones, con coherencia en el contexto de la diversidad de problemas o situaciones interconectadas de la región, como han sido la ciberseguridad, la seguridad marítima, el crimen organizado y las redes ilícitas, entre otras (Departamento de Guerra de los Estados Unidos, 2022).

Beneficios y riesgos a nivel estratégico del WHC

Además de los beneficios que el WHC aporta al Ejército y a las Fuerzas Armadas de EE.UU. regionales, al establecer un solo punto de contacto estratégico con los países del continente, se podría facilitar la coordinación y negociación de la cooperación en materias de seguridad de forma más fluida, en coordinación con las misiones diplomáticas destacadas en cada país americano.

Desde el punto de vista estratégico han sido nombrados múltiples probables beneficios que los EE.UU. declaran poder alcanzar a través de la fusión, los cuales van en las líneas de la seguridad y la defensa, con el fin último de evitar la proyección de amenazas a suelo norteamericano. Sin embargo, fusión de SOUTHCOM con NORTHCOM podría: (1) Repercutir en la especialización específica de apoyo en los diversos ámbitos, dadas las características geográficas, culturales y políticas específicas; (2) Sobrecargar la carga presupuestaria para apoyar iniciativas para toda la región de forma transversal; (3) Generar que estados adversarios de EE.UU. y actores no estatales pudiesen interpretar la unificación como una escalada de la influencia militar en la región, incitando a contra narrativas, lo que podría modificar las relaciones diplomáticas con algunos países “socios” que se encuentren en un dilema de selección de alianzas.

Conclusión

El WHC es el modo en que el Ejército de los EE.UU. definió adaptar su estructura de mando unificada para enfrentar una realidad continental compleja y entrelazada que podría amenazas sus propios intereses nacionales, principalmente a raíz de la presencia de algunos de sus principales adversarios (China, Rusia e Irán) y de otros fenómenos relacionados con la migración, crimen organizado, y narcotráfico, entre otros.

Adicionalmente, EE.UU. declara que este nuevo modo de acción se traduciría en mejorar las condiciones de seguridad multidimensional, a través del combate en contra de amenazas transnacionales, actores extrahemisféricos y la mitigación de situaciones de crisis y desastres, facilitando la rápida reacción ante cualquiera de estos fenómenos.

A la fecha de redacción de este documento, el WHC se encuentra en la fase final de su activación a nivel Ejército y se proyecta que las operaciones comiencen en el corto plazo, pudiendo generarse en el futuro una fusión a nivel operacional.

Revisa el material de apoyo

error: Content is protected !!