Centro de Estudios de la Academia de Guerra

Y la reunión Trump - Putin en Anchorage, Alaska

Negociación sobre la base de una Agenda Multidimensional

Cuando estaba por expirar el plazo impuesto por Washington a Moscú para asumir un “alto el fuego” y buscar el término del conflicto – luego del trabajo de las delegaciones de Rusia y Ucrania en Estambul y la reunión del enviado especial del presidente Trump, Steve Witkoff con el presidente Putin, el 6 de agosto pasado – se configura la reunión entre Trump y Putin, siendo la primera desde 2019, en un contexto en que las posiciones entre Rusia y Ucrania se mantienen irreconciliables, pero con puntos en común entre ambos líderes. Si bien se buscó generar una reunión trilateral, no hubo disposición del Kremlin para ello (RTV, 2025). 

Yuri Ushakov – diplomático ruso, exsoviético, y asesor de política exterior de Putin desde 2012, con vasta experiencia en las relaciones con EE.UU., donde fue embajador entre 1998 y 2008 – valoró la reunión Witkoff/ Putin, por ser un avance para resolver el conflicto en Ucrania. Agrego que, bien conducidas, las relaciones entre Rusia y EE.UU. podrían situarse en “una base totalmente diferente y mutuamente beneficiosa que contraste con lo ocurrido en los últimos años”. Es decir, además de resolver la situación de la guerra, los rusos también buscaban reformular su relación con EE.UU. 

Después que Witkoff presentara el informe de su reunión con Putin, Trump contactó a varios de sus socios europeos para abordar la situación actual, hecho que el líder ruso replicó con sus más cercanos, como es el caso de China y Bielorrusia. A estas alturas de la situación, Rusia no quiere crear sospechas o duda en China sobre el curso de acción futuro o sobre la cooperación que Moscú negocie con Washington (DW, 2025). 

Alaska: El lugar elegido por Estados Unidos

De tal forma, se configuró la suficiente apertura para que el Kremlin aceptara entablar una reunión entre Putin y Trump. El lugar no fue definido de inmediato, Trump se inclinaba por Roma y Putin por Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, finalmente se acordó que la reunión sería en Alaska, el 15 de agosto, en Anchorage, la ciudad más grande de dicho territorio comprado por EE.UU. al Imperio ruso (1867) y que constituye el único estado no contiguo de Estados Unidos en Norteamérica continental (Infobae, 2025). 

Figura N°1 Los presidentes Trump y Putin se reúnen en Alaska para iniciar un proceso de negociaciones tendiente a lograr la paz en Ucrania Nota: El País (2025)

La reunión se organizó en suelo estadounidense, a no más de 80 kms. de Rusia, garantizando que Putin asistiese sin riesgo de ser detenido por la orden de arresto vigente, dictada por la Corte Penal Internacional, ya que EE.UU. no ha ratificado el tratado para ser miembro de dicho organismo y, por tanto, no reconoce su jurisdicción. 

Siendo EE.UU. y Rusia vecinos que comparten frontera en dicha área cercana al Ártico, desde el principio el Kremlin consideró que la locación era un lugar lógico para asistir. Hace varios años que Rusia y Estados Unidos se acercan al Ártico, ya que en Groenlandia y el resto de la región existen importantes reservas minerales, de petróleo y gas, lo que proyecta posibles proyectos económicos conjuntos a gran escala entre ambos países, siendo un incentivo en este proceso de resolución de conflicto.  

Los últimos encuentros entre ambos líderes se dieron en un escenario prebélico, con una única cumbre bilateral en Helsinki, el 16 de julio de 2018, coincidiendo luego, en junio de 2019, en la cumbre del G-20 en Japón. Por otro lado, en julio pasado, las delegaciones de Rusia y Ucrania finalizaron la última ronda de conversaciones en Estambul, sin llegar a acuerdos definitivos.  Por tanto, para la reunión en Alaska las exigencias rusas sobre el conflicto eran bastante conocidas, ya que han sido expuestas en múltiples foros y documentos (MID, 2024).

La Reunión

La de Alaska fue una reunión bilateral, con tres integrantes por delegación en la reunión principal y varias otras reuniones paralelas entre expertos y asesores. Posteriormente EE.UU. abordaría aspectos de la guerra con la contraparte el día lunes 18 de agosto, en la ciudad de Washington, donde el presidente Trump recibió al presidente de Ucrania y los principales líderes europeos. El formato de Alaska, más privado, permitió a Trump obtener de la delegación rusa, un relato fiable sobre los verdaderos alcances de sus reclamaciones, lo que no se habría logrado de haber sido una instancia trilateral o multilateral. 

Para Trump el fin de la guerra ha sido prioridad desde su campaña electoral y continuado una vez instalado en la Casa Blanca para su segundo mandato. Sin embargo, pese a los contactos de Washington con Kiev como con Moscú, han transcurrido ocho meses y el conflicto aún no termina, mientras continúan las operaciones en el campo de batalla. Así, en la reunión de Alaska, Trump creó condiciones para establecer un plan para poner fin a la guerra. Si bien no hubo declaraciones concretas sobre lo conversado, el mandatario había señalado el 8 de agosto pasado que su propuesta incluía involucrar algún tipo de canje de territorios, lo que no podría zanjarse en dicha reunión, ya que la posición Zelenski y de Europa presentaba un completo rechazo a dicha posibilidad. 

Previo a la reunión Trump/Putin, el sábado 9 de agosto, líderes de seis países europeos secundados por la Presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, emitieron un comunicado conjunto afirmando que “el camino a la paz en Ucrania no puede decidirse sin Ucrania”, lo que entregaba claros lineamientos para perseguir el término del conflicto. El presidente Trump entendió esto, no obstante, decidió acercarse como intermediario a cada parte a la vez, considerando a Rusia el 15 de agosto y a Ucrania con otros Estados europeos, el lunes 18 de agosto.

Finalmente, a pocas horas que el presidente Trump iniciara su vuelo a Alaska, el miércoles 13 de agosto se realizó una cumbre virtual organizada por el canciller de Alemania, Friedrich Merz, a la que asistieron telemáticamente aliados europeos, así como representantes de la Unión Europea, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, el presidente Zelenski, que viajó a Berlín para ello y el propio Trump y su vicepresidente J.D. Vance. Según Merz. Esta reunión buscaba preparar “posibles negociaciones de paz” y potenciales “reclamos territoriales”, así como eventuales “nuevas opciones de acción para presionar a Rusia”. En la instancia se acuerdan cinco principios que el Canciller alemán Friedrich Merz presenta en un documento al mandatario estadounidense bajo la forma de “peticiones”, muchas de las cuales no fueron consideradas en esta etapa (CNN en Español, 2025). 

  1. Todo lo concerniente a Ucrania (concesiones o intercambio de territorios), debe discutirse exclusivamente con Ucrania en mesa de negociaciones. 
  2. Las negociaciones deben incluir garantías de seguridad sólidas para Ucrania y para Europa, quedando las conversaciones sobre esta materia integradas en una estrategia compartida a ambos lados del Atlántico.
  3. Rusia no puede tener poder de veto sobre las decisiones y perspectivas de Europa y de la OTAN respecto de Ucrania. 
  4. En caso de no existir un acuerdo de “alto el fuego” en la reunión de Alaska, las sanciones contra Rusia deberán ser reforzadas. 
  5. El tema central de las conversaciones entre Trump y Putin debe ser un alto el fuego inmediato.

La negociación: Discrepancias por las concesiones territoriales

El viernes 8 de agosto, en la Casa Blanca durante el histórico acuerdo de paz que firmaban Armenia y Azerbaiyán, el presidente  Trump señala que el futuro acuerdo de paz en Ucrania podría incluir un intercambio de territorios, lo que acepta, puede resultar complejo. Por su parte, el Secretario de Estado Marco Rubio señaló que a partir de Alaska, Washington tiene más claro bajo qué condiciones Rusia estaría dispuesta a poner fin a la guerra, asunto sobre lo que también deben tomarse en cuenta las consideraciones de Ucrania. 

Rusia: siempre ha señalado no estar dispuesta a aceptar un alto el fuego que le obligue a renunciar a sus objetivos territoriales, dado que se encuentra cerca de consolidar una victoria militar en el Donbás. De ahí la relevancia para el Kremlin de haber llegado al hito de Alaska en una posición militar ventajosa. Su posición es que Ucrania le ceda las cuatro regiones parcialmente ocupadas en el Donbás, además de Crimea, anexionada en 2014, quedando esto reflejado en un Acuerdo de Paz respaldado por EE.UU. Además, pretende que Ucrania renuncie a recibir armas occidentales y a su adhesión a la OTAN. 

Ucrania: exige la retirada de tropas rusas de su territorio, incluidas las presentes en las regiones antes señaladas. Considera inaceptable entregarlas a Rusia y pide garantías occidentales de seguridad, donde cuentan: continuar con los envíos de suministros de armas y el despliegue de un contingente europeo en su territorio, sea o no respaldado por Estados Unidos.  Además, pide ser parte del plan de paz que se adopte. Zelenski ha señalado que cualquier decisión en contra o sin Ucrania, es una decisión contra la paz, recordando que cualquier asunto referido a la cuestión territorial debe respetar la normativa constitucional de Ucrania, que impide la cesión de territorios. 

Un Frente de Batalla sin grandes cambios durante 2025

Rusia ha mantenido una guerra de desgaste, difícil de detener, multiplicando sus ataques después de ser objeto de la “Operación Telaraña” y dada la posibilidad de llegar a negociar, lo que requiere estar en la mejor posición dentro del campo de batalla. Después de más de tres años de combates, miles de muertos y heridos así como grandes daños a la infraestructura nacional estatal y civil (desde febrero 2022) los combates continúan y el ejército ruso sigue avanzando en el este, frente a un adversario con menos recursos militares. Gran cantidad de los combates se están concentrando en la localidad de Yablunivka, en la región industrial y minera de Donetsk.    

Figura N°2 Control actual del terreno en la guerra ruso-ucraniana. Nota: ISW (2025)

Actualmente, las fuerzas rusas amenazan Kupiansk y Kostantinovka, dos importantes fortalezas ucranianas del Donbás, así como la estratégica ciudad de Pokrovsk, pieza clave de la logística ucraniana, cuya caída significaría para las fuerzas rusas el poder llegar hasta la orilla del río Dniéper y establecer una victoria militar (RTV, 2025). 

Ante el avance ruso, Ucrania ha ordenado nuevas evacuaciones forzadas de familias en el este del territorio, medida que afecta a una veintena de localidades. En el presente, si bien se registra un avance permanente de las fuerzas rusas, Ucrania afirma que sus esfuerzos por penetrar la ciudad nororiental de Kupiansk han fracasado. 

La importancia de la Reunión de Alaska

La reunión de Alaska se relaciona con un nuevo equilibrio global con foco en la economía. Constituye el inicio de un nuevo proceso multidimensional y en varios niveles, que busca la paz en Ucrania y alcanzar otros objetivos estratégicos relevantes. Por ello, el plan de trabajo de esta Cumbre se adaptó y permitió a los múltiples asesores de ambas presidencias abarcar temáticas en los ámbitos de la Defensa, la seguridad, la economía y el comercio.    

Durante la reunión, una de las declaraciones relevantes de Putin estuvo en mostrar preocupación por la seguridad europea y ucraniana, lo que, entre otros aspectos, considera que se relaciona con la necesidad de exigir a Zelensky el establecimiento de un cronograma para elecciones democráticas en su país (LaNacion, 2025). 

Luego de Alaska, la reunión de Washington lunes 18 de agosto pasado se da en un contexto en que, para el Trump, Putin no es un enemigo sino un rival con el que se puede seguir negociando e incluso lograr cooperación, que es lo que está en el fondo de las más de tres horas de reunión en Anchorage. 

En la instancia del 15 de agosto, Trump y Putin discutieron acerca de una entrega del Donbás a cambio de congelar el entorno de guerra actual. Sin embargo, una parte de Europa considera que la cesión de territorio sería un movimiento como el de la anexión de los “Sudetes” antes de la Segunda Guerra Mundial, donde a pesar de ceder territorios no se impedió la guerra. De ahí la importancia de establecer garantías de seguridad para Ucrania y Europa, asunto que surge desde la reunión de Washington y las siguientes que ocurran. En tal sentido, el Donbás es solo un punto de partida para el reequilibrio mundial (SignalGroup, 2025). 

Conclusiones

Las instancias de conversación por la paz, llevadas a cabo durante el último periodo, proyectan que las probabilidades de empleo del poder nuclear han bajado, visualizándose nuevas etapas de conversaciones que incluyan a líderes europeos, EE.UU. y a los presidentes de ambas partes en conflicto, bajo la modalidad de reuniones bilaterales, trilaterales o multilaterales; todo esto, fuera del contexto de Naciones Unidas, hecho que demuestra la mayor vigencia de acuerdos mediados por superpoderes que por organizaciones internacionales.

Es posible que Trump busque resolver los problemas de seguridad y cuestiones territoriales de Ucrania, con el fin de cerrar nuevamente un conflicto en curso (como ocurrió con India-Pakistán o Camboya-Tailandia), acrecentando el porte estratégico de Washington en el mundo, mientras que se acota el involucramiento norteamericano en conflictos ajenos, para centrar mayores esfuerzos en su lucha geopolítica contra China.

Nuevamente, queda de manifiesto que una victoria militar y las conquistas territoriales son fructíferas para presentarse a etapas de negociación para finalizar una guerra, siendo en este caso Rusia quien presenta las mejores condiciones para alcanzar sus objetivos políticos, aunque probablemente no con el 100% del logro esperado.

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